Apetito Nocturo
photo manipulation
La noche desata con un beso, lo que el día sujetó en nosotros a fuerza de razón. Bajo su luz, las figuras se ven esplendidas, no más nítidas, ni más reales, sino bañadas en los misterios de la negrura y la intriga, porque la noche sabe regalarnos lo inesperado.

Desarrollamos cierta apetencia oscura los que preferimos andar con la luna sobre la sien, una imagen bizarra, un ambiente cargado de humo, y más de una mordida a lo prohibido, sucede aquí ó allá, porque es en la expansión incontenible de la noche, donde por azar, convergen dispuestas, las energías imperfectas de los noctámbulos.

No me malinterpreten, aquello que desató la noche con su beso, es de una diversidad que se puede acreditar como infinita. Los que amamos la luna, sabemos que de ella irradia la materia que transmuta en inspiración. No regaló el universo en su variedad sin límite, un mayor romanticismo que el del cielo estrellado, y jamás será igual de profunda la poesía nacida bajo la luz del sol. Pero entiendan, caminamos en la oscuridad, en ocasiones, saciamos nuestro apetito en las prácticas más bajas, otras veces, nuestro alimento es la creación, o la simpleza de sentarse a contemplar el infinito que mantuvo oculto el día tras la cortina de su resplandor.

Expresa esta obra un instante de transferencia, el frenesí del ataque concretado, y la víctima que no huye, sus energías fluyen de uno al otro, y ambos calmaron su hambre. Por que verán, en las tinieblas, abundan las criaturas que se alimentan de masoquismo.

Si he de rescatar este costado de la noche, es porque he mordido, y he sido mordido, y he encontrado en esto un placer, que por efímero que sea, me ha marcado lo suficiente como para querer contar algo acerca de él.

No puedo decir que esta sea mi orilla favorita en las aguas de la noche. Ya me sorprenderán las sombras abriéndome caminos que me lleven a imprimir su margen más bella. Esperaré ese momento, con la sospecha de que no somos nosotros quienes la transitamos, sino que es ella quien se abisma en nuestras almas para recorrernos, y en sus pasos, nos da a conocer nuestras tendencias más perversas, como así también, nuestro sentir más enamorado.

Cato.
Apetito Nocturno
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Apetito Nocturno

Retrato de un costado de la noche.

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